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Mostrando las entradas de marzo, 2019

Siempre fue ÉL

El hombre se transformó en Dios. Ni Siquiera se como describirlo, su cara comenzó a brillar más intensamente que el mismo sol. Su ropa se volvió blanca como la nieve más pura. Ese blanco no era terrenal. Quería mirarlo, mirarlo sin parpadear, pero era casi imposible. Ante tanta majestuosidad solo se te ocurre inclinarte en reverencia. Un sentimiento de absoluta paz me invadió. Sentí su mirada y con ella una confianza sobrenatural. Lo único que atiné a decir, casi instintivamente fue: — ¡Es maravilloso estar aquí! — Vamos, levántate, no tengas miedo… Soy yo. — me dijo. Y aunque en lo más profundo de mi ser yo sabia que era Él, mi mente no lograba procesar lo que tenía ante mis ojos. Un despliegue de gloria como ese, tu cerebro no lo resiste. Tampoco podía creer que fuera el mismo con el que había compartido los últimos tres años de mi vida. El mismo con el que camine por horas enteras en el desierto, al que vi comer, dormir, hablar, llorar y hasta reír a carcajadas. Era tan humano como...